"Teoría de las aguas es una compilación de piezas escritas entre el 2012 y el 2016, prácticamente una por año. A Mag De Santo le gusta decir que es “la gesta de sí mismx a través de la escritura”. Pero escrutadas desde un lugar más marxisresistente, en estas obras emerge el registro de la estructura económica en la relación lesbianismo/clase y lesbianismo/racismo. La clase es objeto de observación y de problematización del lesbianismo en Pensé que me ahogaba... y en Inundación, y de problematización de la vida sexual heterosexual y homosexual del hombre heterosexual, pero vistas por una mujer ¿proletaria/marginal? en Canadá. Sin embargo, la clase (proletaria postindustrial o proletaria industrial devenida marginal) no es descripta desde dentro de la clase.  De Santo construye un andamiaje trascendental imperceptible al observador que desconoce esta operación de la segunda etapa de la modernidad filosófica. Hay un sujeto que analiza, discurre y enuncia desde el feminismo (Canadá) y desde el lesbianismo feminista (Pensé que me ahogaba... e Inundación) acerca de las coordenadas clase/raza. El espectador sabe que no está asistiendo a una anécdota sino a un discurso con pretensión de universalidad, sobre todo en la catedral lésbica de Inundación, aunque el triángulo gótico se haya invertido. Sin embargo, el artilugio que oculta al sujeto que escruta funciona en estas distopías de soledad con olor a ingle de mujer/lesbiana gastada y abandonada. Pero a la vez joven y esperanzada, a la espera de una epifanía (¿lesbiana?). Bohamí nos augura, sin embargo, otro tipo de epifanía. Aunque Bohamí no está cerrada, no sabemos bien qué augura (sí sabemos qué mensaje caduca): “Solo sé que mis sueños de identidad se cayeron al vacío, o al mar salado en el que quiero y vine a flotar liviana”. Mag De Santo se fuga de la heterosexualidad en Canadá con un bebé de ocho meses en la panza que nunca nace, desarrolla un instructivo sobre un lesbianismo feminista en Inundación, oscilando entre el horror a la ética de la Natividad y el rescate de las aguas del bebé que trae la ley (aunque se trate de una ley lesbiana o trans), y el acoger a la otra en el abrazo que materna. En Inundación se enuncia un lesbianismo supremacista, que tiende a la abstracción en clave de distopía de una Ciudad Gótica devastada. Un lesbianismo que propone inmunidad frente a los cuerpos arrasados que se niegan a desconfigurar una ética solidaria, que desde el lugar supremacista se percibe como moral sacrificial. “Inmunidad al dolor o a la vulnerabilidad de lxs demás lo veo como machismo”, dice Mag De Santo acerca de este punto. Inundación no está agotada, precisa nuevas puestas en teatros que dispongan de los medios para generar la ilusión distópica. Como desafío, la autora nos deja sobre la mesa las cartas de Bohamí. ¿Acaso ha terminado el recorrido sobre el eje de la identidad/existencia lésbica? Es muy pronto para afirmarlo"
Adriana Carrasco
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